viernes, 3 de septiembre de 2010
Eñ 23 - F según Rabi Mansour
viernes, 18 de junio de 2010
El 23 - F según Gregorio Granado
Un cuñado de un amigo, que era delegado sindical en la diputación, al enterarse de la entrada de Tejero en el Congreso de los Diputados, el pobre, se pasó toda la tarde y toda la noche, en el campo, perdido. No estaba localizado. También las “pasó canutas”. Anecdóticamente se supo que las centrales sindicales, días después, tuvieron que hacer multitud de copias de carnets del sindicato porque se les habían perdido a los afiliados. Eso era lo que aducían, lógicamente los propietarios de los carnets los destruían así como cualquier otro papel que pudiera comprometerlos.
Hace un par de meses, en una reunión familiar, salió la conversación del intento del golpe de estado, y fue cuando me enteré cuando mi padre me comentó que esa noche estuvo mi madre todo el tiempo llorando y rezando en el sillón por su hijo. Ya se estaba imaginando que su hijo fuera al frente y no sabía que su hijo estaba cómodamente acostado y soñando en su cama. ¡Lo que son las madres¡
El 23 - F según Rosa María Robles
La sensación era que pasaba algo raro pero yo no lo entendía, y nadie contaba nada, eso sí, todo el mundo corría asustado a esconderse, y las calles estaban desiertas. Al llegar a casa, la tele y la radio era lo único importante en ese momento, aunque no recuerdo nada… sólo tengo en mi memoria algunas imágenes. Yo sólo tenía 5 años.
jueves, 10 de junio de 2010
El 23 - F según Lolo Díaz Práxedes
martes, 8 de junio de 2010
El 23 - F según Verónica Fernández Valdivia
EL 23 - F según Nicoleta Petrovici
viernes, 4 de junio de 2010
El 23 - F segun Alberto Nieves Campillo
“ Aquel 23-F, yo tenía 23 años. Aquel día como de costumbre estaba trabajando ( tienda de menaje y electrodomésticos), era la más joven de mis compañeros, todos ellos pertenecían a partidos de izquierdas y a sindicatos, al fin y al cabo yo era la única que no sabía qué era lo que estaba pasando.
Llegaron amigos de mis compañeros que también pertenecían a ideales de izquierda, para contar lo que estaba pasando y entre ellos mismos se ponían de “ locos, que habían perdido la cabeza”, nada más de pensar lo que el golpe de estado podía llegar a provocar.
Se llevó todo el día la radio puesta, pero yo no entendía aún nada. Yo observaba la gente asustada, consternada, de aquí para allá.
A medida que pasaba el tiempo llegó en padre de mi jefe, que por aquel entonces tendría 50 años, y le pregunte, ¿me puede usted explicar qué pasa? El señor dijo: que vosotros no tengáis que vivir lo que yo he vivido, mi padre 8 años en la cárcel por defender unos ideales y mi familia pasando calamidades.
Cuando llegue a mi casa después de trabajar me encontré a mi madre muy nerviosa que estaba tirando todos los panfletos y carteles de congresos de izquierdas, ya que mi hermano era afiliado a partidos de izquierdas.
Pero como joven que era, no era consciente de lo que pasaba, y esa noche me fui a ver unas actuaciones carnavaleras al teatro de mi pueblo.”.