Mi padre volvía de trabajar cuando en el autobús se empezó a notar mucho trafico y ruido de sirenas; el conductor puso la radio donde escucharon que habían dado un golpe de estado, corriendo se apresuro en llegar a casa, para juntarnos a todos y pasaron la tarde pegados a la radio y a la televisión, viendo y escuchando todas la noticas, nerviosos. Mis padres se quedaron toda la noche en vela, viendo las noticias y preocupados por lo que pudiese pasar, miedo a otra dictadura. También miedo porque mi padre tenía que pasar por allí al día siguiente para ir a trabajar, además en la Plaza de Santa Bárbara se estaban quemando ejemplares de periódicos. Dice mi madre que todo se calmo cuando vieron aparecer al Rey a la una de la madrugada y poco a poco Madrid volvió a la normalidad, aunque pasados unos días, aun se veian militares por las calles y vigilancia.
viernes, 14 de mayo de 2010
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